Hoy no quiero ir con mi abuela, que me lleva de paseo
con guantes…, con mascarilla, con muleta…, con el perro…
¡Además, no me hace caso cuando digo que me meo!
No protesto, sólo aguanto, porque tiene muy mal genio.
¡Qué mi abuela es muy petarda”!, ¡qué me agobian sus consejos!…
¡Qué no hagas…, qué no digas…, que si esto…, que si aquello! Y me chinch y me rechincha, si a la hora del recreo
en la verja de la entrada, me la encuentro y al acecho,
para echarme un gran broncazo por mal comportamiento
que se inventa…, ¡porque soy el tranquilo del colegio!
¡Y me da unos coscorrones que me deja patitieso!
No sé qué la está pasando, es que a ratos yo la veo
triste, … mustia…, llora mucho…, come poco… cuenta muertos…
El teléfono la asusta… Las llamadas la dan miedo
Y me duele verla así, porque se que en los encuentros
con amigas y en tertulias, me describe como el niete
al que quiere con locura, —- ¡Aunque yo no me lo creo!
Mis papás me riñen mucho cuando ven que me sublevo:Mira niño, la abuelita te ha comprado caramelos…
¿Ves, cariño? Hoy la yaya te ha traído este cuento…
Yo agradezco sus detalles, porque siempre la respeto.
Pero…
Hoy me siento arrepentido, ¡Es verdad que me arrepiento!
Lo que importa es el cariño. Sí, me quiere, y yo la quiero…
Cuando la vea llegar, voy a salir a su encuentro
y entre broncas y caricias…
¡Flotará un montón de besos!