Me ha llegado un pequeño rumor de que dentro de poco hay elecciones. Que volverán los cartelones a llenar las ciudades y las promesas a hacer que resuenen nuestros oídos.
Pero ojo, hay que escucharlas. Vienen los de los partidos de siempre y los de las nuevas formaciones a proponernos ideas, de innovadoras o anticuadas, da igual de donde vengan, y de personas con rostros que ya no son reconocidos o que no hemos visto en la vida así que ojo.
Hay que votar. Es fundamental. Una democracia sin voto es una dictadura de unos pocos, de los que sí acuden a las urnas. Ellos son los que acaban decidiendo sobre el resto del país.
Pero hay algo aún más peligroso: ir al colegio electoral y votar sin más, por lo que nos suena sin saber quién nos va a representar o qué es lo que va a hacer por nosotros, o lo que ha prometido en su programa.
Un amigo decía el otro día que si para conducir nos examinan, lo mismo habrían de hacer para tener el carné de elector. Y algo de razón creo que tiene. Si votamos a PP que lo hagamos porque, por ejemplo, sepamos quién es Juan Vicente Herrera, Alfonso Polanco, y qué es lo que defienden en sus folletos. Si lo hacemos por el PSOE, que lo realicemos conociendo a Luis Tudanca y Miriam de Andrés, que han hecho por Palencia y qué es lo que pretenden cambiar si llegan al poder o quién es el nuevo de Izquierda Unida, el joven, José Sarrión. Si la elección es Podemos, sepamos quién es el leonés Pablo Fernández y cuál es su idea de región y Ciudadanos coordinados a nivel regional por Fran Hervás y a nivel provincial por Juan Cruz Vidal.
¿Os suena alguno de los nombres? ¿Conocéis quiénes son a qué se dedican actualmente? ¿Qué creéis que quiéren de esta tierra? ¿Cómo creéis que van a lograr crear empleo? ¿Mantendrán y mejorarán en Sistema Sanitario? ¿Harán lo propio con el Educativo y Servicios Sociales? Y lo fundamental: ¿Lograrán frenar la despoblación y que los jóvenes se queden en su tierra desarrollando su potencial y su aprovechando los recursos de la región?
Después del voto no nos llevemos las manos a la cabeza si elegimos a alguien y nos damos cuenta de que lo que nos dijo que iba a hacer no lo hizo o si nos preguntamos por qué ese señor que viene a inaugurar ese edificio tan feo, y para qué sirve eso que se ha construido con mi dinero; o por qué tengo menos servicios que antes. El voto es un acto responsable. Y tan responsable y respetable es votar como no votar. Yo, personalmente, votaré. Debo decirles lectores, que aún no tengo decidido a quién, pero depositaré mi papeleta y estudiaré cada programa, cada idea y repasaré qué es lo que se ha hecho estos cuatro últimos años en mi pueblo y en mi región.