Luz verde en Villabrágima para la construcción de su residencia, que contará con 33 plazas para residentes y 22 de centro de día
POR C.B. ATIENZA
VILLABRÁGIMA
Uno de los servicios imprescindibles en el medio rural son las residencias de mayores, unas infraestructuras que además de ofrecer los cuidados que necesitan las personas mayores sin que tengan que salir de su entorno, son importantes yacimientos de empleo en los pueblos.
Alejadas de las grandes ciudades, las residencias para personas mayores permiten ese bienestar gracias al aire limpio y el contacto con la naturaleza. Pero sobre todo, son fundamentales para que nuestros mayores sigan viviendo en el lugar donde nacieron y cerca de sus hijos y nietos. El paisaje, paseos por las calles de su pueblo y largas charlas a la sombra con sus vecinos son sin duda elementos fundamentales en su calidad de vida.
Por ello, son varios los pueblos del territorio que abogan por que sus mayores no tengan que moverse de sus pueblos para seguir con sus vidas gracias a la creación de varios de estos centros residenciales. Medina de Rioseco, Peñaflor de Hornija, Ampudia, Villalpando, Villanueva del Campo o Cuenca de Campos son algunas de las localidades que cuentan con este tipo de infraestructuras. A pesar de que en sus instalaciones viven vecinos de estas villas, así como de otras poblaciones cercanas, buena parte del territorio demanda la ampliación de estos espacios con el fin de que las personas de mayor edad no tengan que alejarse de sus seres queridos y costumbres.
Un ejemplo de ello es Villabrágima, que durante más de 20 años ha reivindicado a las distintas administraciones la necesidad de tener una residencia en su pueblo. En concreto, «en los últimos ocho, esta ha sido la prioridad de esta corporación municipal», señala la alcaldesa de la localidad, Noelia García.

En los años anteriores, gracias a Planes Provinciales de Diputación Provincial de Valladolid el Ayuntamiento ha urbanizado el terreno, dotándolo de infraestructuras. Al final de la legislatura pasada, «viendo que la llegada del parque eólico Valverde era inminente, y con ello, el ingreso de una suma importante de dinero, que facilitaría mucho la construcción de esta, se aprobó la realización del proyecto de ejecución de esta residencia». Una iniciativa que por otra parte contaba con su aprobación desde 2019.
Así pues, la residencia por la que durante tantos años Villabrágima ha peleado, «hoy en día es totalmente viable económicamente y no supone hipotecar a este ni a sus vecinos, con los ingresos obtenidos del parque Valverde, alguna subvención y un pequeño préstamo». Además, «si todo va bien, en el este año que acaba de entrar se prevé que se comiencen las obras de otro parque eólico en en el municipio, con lo que se pagaría esta infraestructura y aún sobraría para llevar más obras a cabo».
Además, «se han redactado distintos planes favorables de viabilidad tanto por la Diputación como por una empresa gestora, la cual está muy interesada en llevar su gestión». Todo está a favor para su construcción y en esta legislatura «la prioridad es sacar a licitación la obra para que la construcción esté hecha cuanto antes y pueda funcionar más pronto que tarde por y para nuestros vecinos», subraya García.
También, la ciudadanía pudo conocer de primera mano el proyecto de la futura residencia. «La mayoría de vecinos y vecinas aceptaron de buen grado este proyecto». Sin embargo, «después de llevarlo a pleno dos veces, la oposición que conforman PSOE y Vox no la apoyaron». Aunque a la tercera fue la vencida tras el pleno del 24 de noviembre y gracias al voto de calidad de su alcaldesa, al empatar los cuatro votos a favor del grupo de Gobierno del PP con los cuatro en contra que suman PSOE y Vox, al haber dimitido durante esta semana la concejala socialista Nerea Fernández haciendo perder la mayoría que los dos partidos de la oposición tenían frente a los populares y que había hecho tumbar el proyecto en los dos plenos anteriores.
Noelia García se mostró enormemente satisfecha. Y es que «realizar otro tipo de proyecto dilataría en el tiempo el poder comenzar a caminar con la construcción y posterior puesta en funcionamiento de ésta, tiempo que por desgracia muchos de nuestros mayores no tienen».

La residencia es además «muy importante para nuestro pueblo, ya que va a permitir que nuestros vecinos no lo tengan que abandonar». Otro punto clave «será el empleo y la oportunidad de crecimiento que supone para Villabrágima».
Una residencia cuya construcción va a costear exclusivamente el Ayuntamiento de Villabrágima, con las correspondientes ayudas. El presupuesto total es de 2,3 millones de euros, con equipamiento incluido. «Faltaría la dirección de obra que supone aproximadamente un 4 por ciento», afirma.
Una vez que finalicen las obras la residencia contará con 33 plazas para residentes y 22 para centro de día, con 13 habitaciones dobles y siete individuales. Preparada para el caso, en que, si fuera necesario, poderse ampliar con otro módulo de convivencia, lo que supondría otras 16 plazas de residentes. El precio medio que pagaría una persona no dependiente ronda los 1.300 y 1.400 euros, «unas cantidades que varias empresas gestoras han proporcionado». Además, «la Junta de Castilla y León estaría dispuesta a ofrecer plazas subvencionadas».
SAN PEDRO DE LATARCE. Sin duda, San Pedro de Latarce es uno de los pueblos con más vida, personas jóvenes y negocios en el territorio. Supone el corazón para pueblos de los alrededores como Villanueva de los Caballeros, Villardefrades, Villavellid, Belver de los Montes o Vezdemarban. Pueblos de las provincias de Valladolid y Zamora, pero con algo en común: una población envejecida. Por ello, contar con una residencia para personas mayores se erige como un punto clave para la calidad de vida de muchos de sus ciudadanos.
El proyecto de la residencia de personas mayores de San Pedro de Latarce arrancó en 1999. Desde entonces «las instalaciones se construyeron en distintas fases gracias a los Planes Provinciales de la Diputación de Valladolid y actualmente se encuentra en un 85 por ciento para su finalización», explica el alcalde del municipio, Gonzalo Domínguez. En concreto, este espacio consta de 780 metros construidos, diez habitaciones –nueve dobles y una individual con sus correspondientes baños-, suelo radiante, conductos de aire e iluminación. «Tan solo falta la carpintería, pintura y calefacción». Así que de casi 1 millón de euros que la localidad ha invertido «quedaría solo un dos por ciento por aportar para completar el proyecto».
El edil reconoce que «han venido dos empresas a ver el proyecto, con el objetivo de hacerse cargo de su gestión, pero las conversaciones no han llegado a buen puerto». Uno de los motivos de las negativas «son las pocas plazas». Sin embargo, «sería factible ampliar las instalaciones con el fin de resolver este posible problema».
Domínguez lamenta que las diferentes Administraciones «tengan este proyecto olvidado». Una iniciativa «clave para la calidad de vida de las personas de nuestros alrededores». Confía en que «algún tipo de ente pueda dar vida a esta residencia, ya que sería muy triste que la inversión quedara en papel mojado».
VILLALBA DE LOS ALCORES. En plenos Montes Torozos se ubica Villalba de los Alcores, localidad que también apuesta por la construcción de su propia residencia. Para ello, el Ayuntamiento ha adquirido un terreno de 6.000 metros a la entrada del pueblo, en donde prevé la puesta en marcha de un edificio de una planta con 48 plazas. «Es un proyecto que acogería no solo a la ciudadanía local, también a la de pueblos cercanos como Valdenebro de los Valles, Montealegre de Campos o incluso Valladolid», subraya el alcalde villalbés, Manuel Gutiérrez.
«El primer paso es cambiar la determinación de terreno rústico a urbano por uso excepcional, algo que se ejecutará muy pronto». Si los pasos se dan tal y como el Ayuntamiento espera «las obras de construcción empezarán dentro de un año y tras su ejecución la idea es que alguna empresa pueda hacerse cargo de su gestión».
Además, el proyecto se completará con un centro de día «para que nuestros vecinos puedan dar un paseo por el pueblo y luego poder ir a lugar para pasar un rato o comer».
Cada uno de los proyectos está hecho desde el cariño, el respeto y la profesionalidad, sabedores de que todos vamos a envejecer, y la mejor forma de hacerlo es cerca de los nuestros y del lugar que nos ha visto crecer.
