Una familia de dragonas contra el cáncer de mama

Vallkirias del Pisuerga, cáncer de mama, dragon boat, supervivientes de cáncer, deporte inclusivo, Valladolid, superación, bienestar emocional, accesibilidad, mujeres, resiliencia.

Más de 40 mujeres que han superado o padecen esta enfermedad se suben cada semana a sus embarcaciones de ‘dragon boat’ como vía para su mejora física y emocional en una carrera deportiva llena de éxitos

CB ATIENZA/VALLADOLID

Cuando apenas pasan unos minutos de las siete de la tarde tres embarcaciones con una cabeza de dragón en la proa y una cola en la popa irrumpen a ritmo de tambor en las aguas del río Pisuerga de Valladolid. Aguas que son arterias de vida y naturaleza y que se han convertido en un lugar seguro, de bienestar y de unión para un grupo de más de 40 mujeres que han padecido o padecen cáncer de mama. Son las Vallkirias del Pisuerga. Equipadas con sus indumentarias moradas y a bordo de unas naves que tienen un peso de alrededor de 140 kilos reman con fuerza a pesar de que comienza a llover. Pero qué son unas pocas gotas de agua para estas amigas que palada a palada han dejado atrás sus miedos. Y lo hacen en un entorno privilegiado y que muchas veces ha pasado desapercibido para estas vallisoletanas. «He vivido toda mi vida frente al río y ahora tengo un punto totalmente diferente de este lugar», reconoce Nuria Sanz, una de las vallkirias más novatas –llegó hace diez meses- y pertenece a esa ‘generación del 24’. Después de un rato de ejercicios de calentamiento en el Centro de Piragüismo ‘Narciso Suarez’ cargan las embarcaciones al hombro para bajar al río. Una escena que se repite tres días a la semana y que «me capturó desde el primer momento», refiere la vallisoletana. Entonces eran 26 las deportistas que conformaban el club. Sin embargo, el crecimiento ha sido exponencial y ahora la cifra se acerca a la media centena. Pero la cosa no queda ahí, porque después de pronunciar el pregón de las Fiestas de San Lorenzo su popularidad alcanza tal dimensión que muy pronto otras 26 mujeres se unirán a ellas. «Un gran ambiente y la enorme fuerza de todas nosotras es algo que se van a encontrar en cuanto lleguen». Y eso que «al principio no sabía muy bien en qué consistía el proyecto». A pesar de practicar ejercicio de manera habitual «nunca había realizado deporte de competición». Además, llegó justo en un momento en el que el equipo se preparaba para un 2.000, que es una de las pruebas más exigentes. «Si ahora realizamos series de unas 80 paladas entonces eran de casi 700». Así que «la mejora física fue muy importante, pero el impulso emocional fue mayor». Hasta entonces, «era incapaz de pronunciar la palabra cáncer sin echarme a llorar, pero ahora lo he normalizado hasta el punto de que no sé cómo vivía antes de estar en Vallkirias».

Este club de ‘dragon boat’ supuso también un cambio radical para Cristina del Cueto, que recuerda con nostalgia sus primeros momentos en el equipo, hace algo más de dos años. «Al principio éramos muy pocas, de forma que no completábamos un grupo suficiente para llenar un barco; que por otra parte, aún no teníamos». De manera que «nos concentrábamos en pantalán para realizar el movimiento de remar y ver muchos vídeos». Una época «muy bonita y de mucha ilusión por llegar a tener una piragua». Al igual que para Nuria, los días de entrenamiento «son indispensables», hasta el punto de contar con «una rutina muy concreta y faltar a acontecimientos como cumpleaños».  Y eso que «antes era de las que no corría ni para coger el autobús, pero ahora siento la necesidad de sentirme viva y activa».

Mientras se preparan para saltar a las aguas del Pisuerga los temas de conversación se entremezclan. «Hablamos de todo menos de cáncer», subraya Cristina. «El trabajo, la familia o nuestros hijos son nuestras principales conversaciones, y tan solo alguna vez surge alguna recomendación o consejo, sobre todo hacia aquellas que se encuentran en tratamiento». De cualquier manera, dice Nuria, «cuando nos subimos al barco nos olvidamos de todo». No en vano, «este deporte se basa en la sincronización y si nos distraemos con algún pensamiento perderíamos la palada».

«ver la cara de felicidad de unas mujeres que el primer día llegan acobardadas y que ahora son fuertes, se han empoderado y han crecido enormemente a nivel psicológico es mi mayor orgullo», Nachi.

Sin duda, «ver la cara de felicidad de unas mujeres que el primer día llegan acobardadas y que ahora son fuertes, se han empoderado y han crecido enormemente a nivel psicológico es mi mayor orgullo», explica Nachi García, presidenta y creadora del club en 2022. En aquel momento «no tenía movilidad en el brazo después de la operación y comencé a informarme sobre algún deporte que se adaptara a una mejora física en este sentido». Resultó que el ‘dragon boat’ era una disciplina que «trabaja todo el tren superior, ayuda a que la movilidad del brazo mejore, favorece la circulación y el drenaje linfático». Este deporte proviene de la tradición china y consiste en remar al ritmo de un tambor en una barca decorada con cabeza y cola de dragón. Su mayor peculiaridad es que buena parte de agrupaciones compiten en la modalidad BCS, que responde a las siglas Breast Cancer Survivors. Es decir, se compone íntegramente por supervivientes de cáncer de mama que se benefician de esta práctica para mejorar su sintomatología. 

Nachi recuerda aquellos primeros pasos del equipo, cuando «ningún club nos acogía». Pero gracias al Club Cisne y al que fuera concejal de Deportes del Ayuntamiento de Valladolid Alberto Bustos se logró un lugar en donde tener una embarcación de grandes dimensiones (12 metros) y entrenar: el Centro de Piragüismo Narciso Suárez. Desde entonces y hasta ahora son muchas las aventuras de unas Vallkirias, que comenzaron siendo solo siete, y que «tras correrse la voz» al poco tiempo doblaron en número. Un grupo de «valientes que comenzaron a salir al río en una canoa canadiense con unas palas que no eran de nuestras medidas y apoyadas sobre un soporte de poliespan, porque no teníamos ni asientos». Sin apenas sumar más que unos pocos entrenamientos se plantaron en Trasona (Asturias) para disputar el Campeonato de España en 2022, en donde lograron ser finalistas. «Fue un subidón que supuso un antes y un después». A partir de ese momento llegaría un carrusel de éxitos que ha llamado la atención de todo el país. «Cuando llegamos a los campeonatos nuestras oponentes nos dicen en tono de broma que las dejemos un poco de ventaja, algo que es muy bonito y que es una muestra más de que todos nuestros esfuerzos merecen la pena».  

Vallkirias del Pisuerga, cáncer de mama, dragon boat, supervivientes de cáncer, deporte inclusivo, Valladolid, superación, bienestar emocional, accesibilidad, mujeres, resiliencia.

Hasta el momento, su mayor éxito deportivo corresponde al VIII Campeonato de España de Barco Dragón, en donde las vallisoletanas lograron un total de cuatro medallas: oro y plata en la categoría de 500 metros, y oro y plata en la de 200 metros, consolidándose como un ejemplo de superación y fortaleza.  «Fue algo muy emocionante, pero nada que ver con la impresión de subirse al balcón del Ayuntamiento de Valladolid para pronunciar el pregón de fiestas, algo que era inimaginable para unas personas normales que se han puesto a practicar una disciplina deportiva».  Una experiencia que «vale más que una medalla de oro». El alcalde, Jesús Julio Carnero, «nos dijo que habláramos lo más alto que pudiéramos, pero no hizo falta porque la Plaza Mayor se quedó en silencio para escucharnos».

Después de disputar el Campeonato de Castilla y León Vallkirias Pisuerga viajarán en octubre a Sevilla para participar en el II Festival Veterano Barco Dragón. Además, «queremos seguir con la ayuda a una causa solidaria». Si el pasado año el club colaboró con ASPAYM CyL para ayudar a un niño con pocos recursos al que le facilitaron un colchón diseñado para la parálisis «queremos repetir esta bonita acción y ayudar a alguna familia que tenga alguna necesidad especial».

Una ventana abierta a la mejora de salud y emocional que rompe las barreras de Valladolid. Porque su mensaje de superación ha llegado también a localidades de la provincia como Tordesillas, Tudela y Medina de Rioseco, en donde sus vecinos «han descubierto la fuerza de este proyecto para dejar atrás el cáncer».

Deja un comentario