Coleccionar es un acto intrínsecamente humano, basado en la necesidad de reunir, conservar y mostrar objetos de valor simbólico o práctico. Un reciente estudio publicado en la revista Quaternary ha revelado que esta conducta no es exclusiva de nuestra especie: los neandertales de la cueva Prado Vargas, en Burgos, recolectaban fósiles marinos hace 46 000 años, convirtiéndose en los primeros coleccionistas de la historia evolutiva.
Un Hallazgo Único en el Monumento Natural de Ojo Guareña
Prado Vargas, situada en la localidad de Cornejo (Merindad de Sotoscueva), forma parte del Monumento Natural de Ojo Guareña, uno de los sistemas kársticos más extensos de Europa. Este paraje excepcional, reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC), ha sido escenario de excavaciones sistemáticas desde 2016, lideradas por la profesora Marta Navazo Ruiz de la Universidad de Burgos.
El análisis de 15 fósiles hallados en el nivel 4 del yacimiento —datado en 46 000 años— ha demostrado que los neandertales recolectaron especímenes pertenecientes principalmente al filo de los moluscos (Mollusca) y, en menor medida, a los equinodermos (Echinodermata). Entre ellos destacan los fósiles de Tylostomatidae, una familia de caracoles marinos que habitó fondos poco profundos en el Cretácico superior, hace entre 100 y 66 millones de años.

¿Por Qué Coleccionaban los Neandertales?
El equipo investigador plantea varias hipótesis para explicar este comportamiento:
- Valor estético: Los fósiles pudieron atraerles por sus formas y texturas.
- Uso simbólico o social: Podrían haber servido como elementos de intercambio o como refuerzo de identidad grupal.
- Juego o aprendizaje: Es posible que los niños neandertales recolectaran los fósiles como parte de su desarrollo cognitivo.
Curiosamente, solo uno de los fósiles presenta marcas de uso como herramienta, lo que refuerza la idea de que la recolección tenía un significado más profundo que la mera utilidad práctica.
Un Equipo Multidisciplinar al Servicio del Patrimonio
El estudio, coordinado por la Universidad de Burgos, ha contado con la colaboración del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, la Universidad de Málaga y el Museo de la Evolución Humana. Además, ha sido posible gracias al apoyo de entidades locales y regionales, como la Junta de Castilla y León y la Diputación de Burgos, así como asociaciones vecinales que participan activamente en la protección del patrimonio arqueológico.
El Legado de Prado Vargas
Prado Vargas sigue revelando información crucial sobre la vida de los neandertales. En 2019 se descubrió un molar perteneciente a Vera, una niña de ocho años, que es el resto humano más antiguo hallado en Ojo Guareña. Este yacimiento no solo enriquece nuestro conocimiento del pasado, sino que también resalta el valor del patrimonio arqueológico en el norte de Burgos.
La historia de los neandertales y sus fósiles no solo conecta con nuestras raíces más profundas, sino que también invita a reflexionar sobre cómo la curiosidad y la apreciación por lo extraordinario forman parte del ADN de la humanidad desde tiempos inmemoriales.
