La nutrición en mayores, clave para un envejecimiento saludable y con calidad de vida

Expertos destacan en Madrid el papel de la dieta mediterránea, la actividad física y el propósito vital para mantener la salud en la vejez

Más de 350 profesionales de la salud y la nutrición han analizado en Madrid las claves de la nutrición en mayores durante la Jornada Científica “Alimentando los años, nutriendo la vida”, organizada por la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), con el respaldo de la Fundación Alimentación Saludable y la Universidad UNIE. El encuentro, desarrollado en formato presencial y online, ha abordado los principales factores que inciden en el envejecimiento saludable, poniendo el foco en la alimentación, el ejercicio y los vínculos sociales.

La base del envejecimiento saludable: alimentación, ejercicio y vida activa

Durante la inauguración, el doctor Jesús Román, presidente del Comité Científico de la SEDCA y de la Fundación Alimentación Saludable, ha subrayado la importancia de mantener hábitos sostenibles a lo largo de la vida. “Lo que funciona es lo que podemos mantener en el tiempo: una alimentación equilibrada, ejercicio físico adecuado y una actitud vital coherente”, ha afirmado.

Los estudios presentados durante la jornada confirman que los patrones de vida más beneficiosos comparten varios elementos comunes. Entre ellos, destaca la dieta mediterránea, caracterizada por un alto consumo de frutas, verduras, legumbres, pescado, aceite de oliva y un bajo consumo de productos ultraprocesados. A este modelo alimentario se suman la participación social y la existencia de un propósito vital como factores esenciales para preservar el bienestar en la vejez.

La prevención comienza en la infancia

Uno de los ejes centrales del encuentro ha sido la prevención precoz de los problemas asociados a la vejez. Los especialistas han insistido en la necesidad de promover hábitos saludables desde la infancia como estrategia para reducir la aparición de enfermedades crónicas y favorecer un envejecimiento en condiciones óptimas.

Esta prevención temprana no solo influye en los años de vida, sino en la calidad de los mismos. Según los expertos, iniciar cuanto antes una rutina de alimentación variada, actividad física regular y bienestar emocional permite minimizar riesgos futuros relacionados con la fragilidad muscular, la pérdida de autonomía o la desnutrición en mayores.

La nutrición en residencias y personas que viven solas

La nutrición en mayores cobra especial relevancia en el caso de personas que residen en centros asistenciales o viven solas. Durante el encuentro, varios ponentes han señalado que garantizar una alimentación en residencias adecuada es fundamental para evitar déficits nutricionales y complicaciones de salud.

La desnutrición en mayores es una realidad frecuente en estas situaciones. La falta de apetito, las dificultades de masticación o deglución, la monotonía en los menús o la ausencia de estímulos sociales durante las comidas pueden agravar el problema. Por ello, los expertos han abogado por diseñar planes nutricionales individualizados, con menús adaptados, texturas adecuadas y horarios flexibles, que permitan una mejor adherencia a la dieta y favorezcan la ingesta suficiente.

El papel de las bebidas fermentadas en la dieta mediterránea

En su intervención, el doctor Román ha abordado también el papel de las bebidas fermentadas dentro de un patrón alimentario saludable. Según ha señalado, “los adultos sanos no necesitan eliminar el consumo moderado de bebidas fermentadas, siempre que su ingesta se produzca en un contexto social y acompañando a los alimentos”. Estas bebidas, dentro de los límites recomendados, aportan fitoquímicos antioxidantes y pueden formar parte del bienestar en la vejez como componente social y cultural.

En el caso de las personas mayores, ha destacado el interés de las versiones sin alcohol como alternativa que mantiene el valor social de las comidas, facilita la hidratación y contribuye al mantenimiento de una ingesta alimentaria adecuada.

Fragilidad muscular y detección precoz de la desnutrición

Otro de los aspectos analizados durante la jornada ha sido la fragilidad muscular, uno de los principales riesgos asociados al deterioro funcional en la vejez. La pérdida progresiva de masa muscular puede derivar en caídas, pérdida de movilidad e incremento de la dependencia. Los especialistas han insistido en la necesidad de combinar el aporte proteico adecuado con el ejercicio físico regular para preservar la fuerza y la autonomía.

Asimismo, se han presentado nuevas herramientas de detección precoz de la desnutrición en mayores, que permiten identificar los primeros signos de riesgo antes de que aparezcan complicaciones graves. Estas evaluaciones incluyen parámetros antropométricos, bioquímicos y funcionales, integrados en modelos de valoración geriátrica completa.

Un abordaje multidisciplinar para una nutrición realista y efectiva

Los ponentes han coincidido en la necesidad de aplicar un enfoque multidisciplinar en el abordaje de la nutrición en mayores. Médicos, nutricionistas, psicólogos, trabajadores sociales y personal de enfermería deben coordinar sus intervenciones para adaptar las pautas alimentarias a las características individuales de cada persona.

Este modelo integral permite atender no solo las necesidades fisiológicas, sino también los aspectos emocionales, sociales y culturales que influyen en la relación con la comida, garantizando una intervención realista, sostenible y centrada en la persona.

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