Palencia acoge las XXIII Jornadas Regionales de Cáritas (20-21 octubre 2025) bajo el lema “Acompañar sembrando esperanza”. Encuentro de reflexión, diálogo y compromiso social en Castilla y León.

Palencia acoge las XXIII Jornadas Regionales de Cáritas bajo el lema «Acompañar sembrando esperanza»

Las once diócesis de la comunidad de Castilla y León se dan cita en Palencia durante los días 20 y 21 de octubre para celebrar las XXIII Jornadas Regionales de Cáritas Castilla y León, un encuentro de deliberación, intercambio de experiencias y refuerzo del compromiso común con las personas más vulnerables. Acto inaugural: esperanza, diálogo […]

El Museo Pedagógico en Zamora ofrece un viaje en el  tiempo para aprender y recordar

M.J. SALVADORZAMORA                     La capital zamorana cuenta, desde el pasado mes de marzo, con un centro muy peculiar, el Museo Pedagógico que se encuentra ubicado en el antiguo laboratorio, en los jardines del Castillo de la ciudad y que propone una viaje “apasionante” a través de […]

ESTHER DUQUE VALLADOLID Con más de tres lustros dedicado a la atención, acompañamiento e integración social de personas mayores, Óscar Esteban Argüello ha sido testigo y protagonista de una transformación profunda en la forma de entender el envejecimiento. Desde su posición en Cruz Roja, ha impulsado proyectos que rompen estereotipos y fomentan la participación activa de un colectivo que, lejos de retirarse de la vida social, reclama su lugar en ella. En esta conversación, repasa su trayectoria, las lecciones aprendidas y los retos de futuro. Su carrera comenzó en un campo muy distinto al social. ¿Cómo se produjo ese cambio de rumbo? Me formé primero como informático. Me gustaba, aprendí bastante y agradezco todo lo que me aportó, pero pronto entendí que no quería pasarme la vida frente a una máquina. No me consideraba especialmente brillante en ese ámbito y, sobre todo, sentía que necesitaba trabajar con personas, no con sistemas. Después del servicio militar, coincidí en labores de orientación con gente que me hizo replantearme mi camino. Decidí entonces estudiar Educación Social, una disciplina que en España es poco conocida, salvo en comunidades como Cataluña o el País Vasco, donde sí está más desarrollada. Aquí se confunde a menudo con el Trabajo Social, pero son ámbitos distintos: el Trabajo Social gestiona recursos y actúa en el plano asistencial; la Educación Social diseña procesos de formación, dinamiza proyectos y trabaja la dimensión educativa y comunitaria. Desde el principio me atrajo más esta última vertiente, que implica crear, preparar y llevar a cabo actividades con un sentido transformador. ¿Cuándo empieza a tener contacto con personas mayores? R. No estaba entre mis planes iniciales. Tenía prejuicios como tantos otros: pensaba que las personas mayores solo querían que se les atendiese de forma pasiva, que pedían más de lo que estaban dispuestas a dar y que su interés por aprender era reducido. Esos estereotipos se desmoronaron durante los casi siete años que trabajé en las Aulas de Cultura de la Diputación. Recorrí muchos pueblos pequeños impartiendo formación, en su mayoría a mujeres. Aprendían teatro, leían El Principito, descubrían la figura del Empecinado o, en algunos casos, empezaban a leer y escribir. Lo hacían con un entusiasmo impresionante. Recuerdo llegar a localidades donde las participantes bajaban andando desde casas apartadas, golpeaban la puerta del aula con una sonrisa y traían incluso algo para compartir. Escuchar sus historias, desde encender carbón en latas de sardinas para calentar el aula hasta abandonar los estudios siendo niñas pese a tener un gran potencial, me hizo entender que la educación es un derecho que aquí se percibe como obligación para encontrar trabajo, pero que en muchos casos es, sobre todo, un privilegio y una oportunidad. ¿Cómo se produjo su entrada en Cruz Roja? Fue casual. En ese momento impartía clases de español para extranjeros y participaba en un proyecto de formación tecnológica enmarcado en la Garantía Social. La persona encargada se dio de baja y en dos o tres semanas contrataron a varios sustitutos. Un compañero sugirió que lo que se necesitaba no era un profesor, sino un educador social, porque el grupo estaba formado por jóvenes con problemas de drogodependencia o de exclusión. Así entré en Cruz Roja. Cuando ese proyecto terminó, me llamaron para trabajar con personas mayores. Era un programa llamado “Cerca de Ti”, que combatía la soledad en coordinación con Imserso, Cáritas y otras organizaciones. Acepté, pese a que nunca me había imaginado en ese ámbito. Lo que encontré cambió mi perspectiva y me hizo quedarme hasta hoy. ¿Qué impresión tuvo en esos primeros contactos? Al principio, mi relación con los usuarios era a través de la teleasistencia, que entonces estaba en pleno auge. Llegaban expedientes con largas listas de dolencias: artrosis, reuma, Parkinson… Sin ver a las personas, la sensación era que estaba tratando con casos muy graves y con una carga de enfermedad enorme. Pensaba: “¿Cómo voy a preguntarles por sus intereses si están al borde del final?”. Pero al conocerlas cara a cara descubrí personas con humor, inquietudes y una vida social rica. Aprendí que términos que asustan, como “Parkinson” o “Alzhéimer”, no definen por completo a quien los padece. Detrás de cada diagnóstico hay alguien que quiere hablar, reírse y seguir aprendiendo. ¿Cómo nace el Espacio Mayores dentro de Cruz Roja? Surgió de la idea de pasar de acompañamientos individuales a dinámicas grupales. Empezamos con tertulias en bares: un voluntario se reunía con tres personas, otro con dos, y así creábamos grupos pequeños donde la conversación fluía. Después pedimos espacios en centros cívicos para llevar las tertulias allí. Añadimos charlas mensuales, luego quincenales y, más tarde, semanales. Con el tiempo, eso se convirtió en el Espacio Mayores, un lugar de encuentro sin un guion fijo. A veces invitamos a ponentes externos, otras son los propios participantes quienes proponen y desarrollan los temas. Hemos tratado desde sectas hasta periodismo, pasando por historia del arte, música, diversidad sexual o maltrato. Lo más importante es que es un espacio de diálogo donde se respetan opiniones distintas y se fomenta la participación activa. ¿Qué tipo de actividades se desarrollan hoy? Hay un día de tertulia y otro del Espacio Mayores propiamente dicho. Organizamos rutas por Valladolid y sus alrededores, visitas a museos, actividades culturales y encuentros intergeneracionales. Estos últimos son esenciales; buscamos un objetivo común para que jóvenes y mayores aprendan unos de otros. En una actividad en el museo, por ejemplo, los mayores identificaban iconografía religiosa en las obras y los niños aportaban paralelismos con figuras fantásticas de películas o libros. También hemos hecho talleres en los que los jóvenes enseñan a manejar tabletas y, a cambio, aprenden juegos de mesa tradicionales. La clave es romper el asistencialismo: no se trata de “cuidar” a los mayores, sino de crear un ecosistema donde todos se cuidan y enseñan mutuamente. ¿Cómo ha evolucionado la percepción social de la vejez? Al principio, la imagen dominante era la del hogar del jubilado, con baile y dominó como únicas actividades. Hoy encontramos personas con carreras universitarias, con interés en aprender informática, idiomas o historia local. La autoestima, especialmente de las mujeres, ha crecido. Muchas que antes no se atrevían a salir solas para asistir a un curso ahora viajan, participan en obras de teatro o guían a grupos por la ciudad. Sin embargo, todavía persisten actitudes condescendientes. Un error frecuente es tratar a una persona mayor como si fuera de cristal, como si no pudiera asumir retos. Cuando se les devuelve un papel activo, responden. El volntariado parece ser esencial. ¿Quiénes lo integran? El 90% son personas mayores de 65 años: profesores jubilados, fotógrafos, músicos, gente con profesiones muy distintas que quieren seguir aportando. Un ejemplo es el de un profesor de literatura que inició “Leyendo en Compañía”. Al principio quedaban para leer textos, pero con el tiempo se animaron a publicar su propia revista cultural, con entrevistas, reseñas y artículos. Otros organizan rutas históricas o talleres de memoria. Cada voluntario aporta lo que sabe, y eso hace que el programa sea tan variado y enriquecedor. ¿Qué anécdotas conserv? Hay muchas. Recuerdo a un hombre que acudía siempre hablando de sus dolores. Participó en una lectura teatral del Empecinado y, a partir de entonces, empezó a hablar de historia en lugar de enfermedad. Fue un cambio radical en su actitud. Otro caso fue una charla de astronomía en la que los asistentes pudieron conversar directamente con un catedrático. Salieron orgullosos de haberle hecho preguntas y de recibir respuestas de primera mano. También recuerdo a un grupo de teatro leído que actuó en un bar y sorprendió a familiares que no imaginaban esa faceta en ellos. Son momentos en los que se ve cómo una actividad puntual puede devolver a una persona un sentido de pertenencia y motivación. Trabajar con un colectivo que envejece conlleva pérdidas. ¿Cómo las afronta? Con realismo. En estos años hemos despedido a muchas personas queridas. La pandemia fue especialmente dura: supuso un cierre de ciclo para muchos grupos. Ahora vivimos otra fase de despedidas, inevitable con el tiempo. Pero también hemos hecho homenajes, como el del grupo que llevaba quince años bailando pasodobles en La Laguna, recreando fotos antiguas y celebrando su trayectoria. Aprendes a convivir con la muerte y la enfermedad, pero también con la satisfacción de haber acompañado y de saber que la persona se sintió parte de algo hasta el final. ¿Qué dificultades enfrenta ahora el programa? La demanda es tan alta que no damos abasto. No hacemos publicidad y, aun así, las listas se llenan. Hay rutas con más de cincuenta personas, museos en los que necesitamos tres turnos y actividades que no podemos repetir por falta de espacio y personal. Clasificar quién “necesita más” es difícil: hay quien parece muy afectado y luego mantiene mucha actividad social, y otros que aseguran no necesitar nada pero están en situación de aislamiento. La prevención es fundamental: si logramos que la gente se mantenga activa, evitamos que se deteriore y que acabe en una residencia o en situación de dependencia avanzada. Además, reduciríamos la carga emocional y física sobre las familias cuidadoras. Al principio tenía prejuicios sobre el trabajo con mayores. ¿Cómo lo ve ahora? Ahora lo veo como una etapa con oportunidades únicas. Me gusta explicarlo con una metáfora de El Señor de los Anillos: de jóvenes queremos ser Legolas, ágiles y admirados; de adultos asumimos el papel de Aragorn, con sus responsabilidades; y en la vejez podemos ser Gandalf, con la sabiduría de quien ya ha vivido mucho y puede transmitirlo. El problema es que la sociedad no siempre está dispuesta a escuchar, y a veces las propias personas mayores creen que ya no tienen nada que aportar. Hay que desmontar esa idea. ¿Qué mensaje enviaría a quienes ven la vejez como una etapa pasiva? Que se están perdiendo una fuente de conocimiento inmensa. Escuchar a quienes han vivido varias décadas de historia real es un privilegio. Y a las personas mayores, que no se autolimiten: mientras haya algo que les motive, hay vida plena. La clave es no dejar que la edad sea una excusa para retirarse.

“Las personas mayores tienen mucho que aportar si la sociedad sabe escucharlas»

ESTHER DUQUEVALLADOLID Con más de tres lustros dedicado a la atención, acompañamiento e integración social de personas mayores, Óscar Esteban Argüello ha sido testigo y protagonista de una transformación profunda en la forma de entender el envejecimiento. Desde su posición en Cruz Roja, ha impulsado proyectos que rompen estereotipos y fomentan la participación activa de […]

Solo 4 de cada 10 mujeres con menopausia consulta sus dudas con un especialista. El resto busca respuestas en internet o en su entorno. Los síntomas más frecuentes incluyen insomnio, aumento de peso y baja libido.

Solo 4 de cada 10 mujeres con menopausia consulta sus dudas con un especialista

El 42% de las mujeres en España acude primero a internet para informarse sobre la menopausia, mientras que casi un 29% lo hace con amistades o familiares Una etapa natural aún rodeada de tabúes La menopausia afecta hoy en día a más de ocho millones de mujeres en España, según los últimos datos del Instituto […]

farmacia rural, manganeses, zamora,

Un total de 54 farmacias en la provincia de Zamora se han    adherido al proyecto ‘Facendera’

M.J. SALVADORZAMORA La ‘Facendera’, en la tradición zamorana y leonesa, es el trabajo colectivo realizado por la comunidad para un interés común. Esta antigua práctica de colaboración y ayuda mutua refleja perfectamente el espíritu del Proyecto Facendera, que entiende que cuidar la salud de nuestros mayores requiere un abordaje integral y coordinado desde todos los […]

El juego cambia las reglas. La igualdad las plazas rurales con el Programa RALBAR

El juego cambia las reglas.La igualdad las plazas rurales con el Programa RALBAR

ESTHER DUQUEPALENCIA                                    Las plazas de Villasinta de Torío, Robledo de Torío, Villanueva del Árbol, Garrafe de Torío, San Feliz y Pedrún de Torío se han convertido este verano en escenarios donde igualdad, saberes comunitarios y patrimonio lúdico han […]

En pleno siglo XXI, cuando las democracias consolidadas proclaman su lealtad a la equidad, la solidaridad entre generaciones y los derechos fundamentales, persisten situaciones que quebrantan, de forma alarmante, la dignidad de las personas mayores. No se puede obviar que la mayoría de los centros residenciales en nuestra Comunidad Autónoma operan bajo principios de respeto, vocación y profesionalidad. Muchos constituyen verdaderos espacios de acompañamiento, atención sanitaria de calidad y cuidado afectivo, sobre todo para quienes han perdido el respaldo familiar o presentan altos grados de dependencia. Sin embargo, sería un ejercicio de irresponsabilidad utilizar el buen funcionamiento de la mayoría como pretexto para no escrutar aquellos casos que evidencian fallos del sistema. La sociedad tiene un deber ineludible con sus mayores. No únicamente por lo que representaron en la construcción del país —económica, educativa y democráticamente—, sino porque su vulnerabilidad actual los convierte en sujetos prioritarios de protección. El artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece el derecho a una existencia decorosa en la tercera edad, incluyendo el acceso a vivienda adecuada, alimentación suficiente, asistencia sanitaria y respaldo social. España ha suscrito tratados internacionales que ratifican dicho principio, como el Protocolo de San Salvador o la Carta Social Europea. No obstante, la aplicación efectiva de estas normas sigue siendo, en demasiadas ocasiones, desigual y dependiente del entorno socioeconómico o del municipio de residencia. El trato digno no es una concesión ni un gesto voluntario: es una obligación jurídica, ética y moral. Toda forma de sujeción física carente de justificación médica o sin supervisión facultativa constituye una transgresión de derechos fundamentales. Pero, atención, no existe política pública eficaz sin implicación ciudadana. El trato respetuoso a los/as adultos/as no puede ser una aspiración impuesta exclusivamente desde las administraciones, sino una responsabilidad compartida. La sociedad civil debe asumir un papel activo: familiares, allegados, vecinos, profesionales, voluntarios y nosotros, los propios medios de comunicación. No se puede generalizar un maltrato en todos los centros, y tratar con excepcionalidad cada caso, pero no se puede obviar ni utilizar de manera sensacionalista. Hay que respetar desde la imagen individual de la persona hasta la del colectivo. Porque las profesionales que trabajan en infraestructuras residenciales merecen el mayor de los respetos, y la mayor visibilidad posible, desde la dirección hasta la limpiadora, y condenando a todos por un caso se está cometiendo la mayor injusticia del mundo, junto con la del maltrato. Las unidades convivenciales, el cohousing, los centros integrados en barrios y los proyectos intergeneracionales son modelos probados y eficaces. No todo depende de la dotación económica: también hacen falta planificación, liderazgo y diálogo con todos los agentes implicados, y cambio en las Leyes como se está produciendo. Pero ojo, como familiares, tenemos que ser conscientes de que si ‘rateamos’ en los precios, si como sociedad, hijos, nietos, queremos gastarnos lo mismo en un mes de atención que en una plaza de garaje estamos muy equivocados. La inversión pública y privada que hay que hacer para garantizar la calidad de los servicios tiene que ir de la mano de la concienciación de que las presonas no son un gasto, ni un banco sobre el que después recibir la herencia. La dignidaidad no debería medirse por el egoismo, sino por la solidaridad tanto en el entorno familiar como en el del Estado de Bienestar, y por favor, con una financiación digna dentro de los Presupuestos Generales del Estado para que nadie se quede fuera. Cuidar es respetar, proteger, acompañar durante toda la vida.

El compromiso con la dignidad

ESTHER DUQUE En pleno siglo XXI, cuando las democracias consolidadas proclaman su lealtad a la equidad, la solidaridad entre generaciones y los derechos fundamentales, persisten situaciones que quebrantan, de forma alarmante, la dignidad de las personas mayores.  No se puede obviar que la mayoría de los centros residenciales en nuestra Comunidad Autónoma operan bajo principios […]

El Laboratorio Internacional Residui Teatro celebra su 25º aniversario con el encuentro “La fuerza del grupo”, del 13 al 19 de octubre en Medina de Rioseco. Más de 150 artistas de 10 países rendirán homenaje al teatro comunitario y al legado de Eugenio Barba.

El teatro mundial celebra en Medina de Rioseco los 25 años de Residui Teatro

Medina de Rioseco se convertirá, del 13 al 19 de octubre, en el epicentro internacional de las artes escénicas contemporáneas, con motivo del 25º aniversario del Laboratorio Internacional Residui Teatro (LIRT).El encuentro, titulado “La fuerza del grupo”, reunirá a más de 150 artistas procedentes de una decena de países, en una semana intensa de talleres, […]