Jose Carlos Ruiz
COLECCIÓN
LEER, PARA VIVIR MEJOR
María Jesús Prieto Villarino
«Aburrirse debería ser una buena señal que indica que no tenemos preocupaciones mayores orientadas a nuestra supervivencia. […] Cuando nos encontramos con un espacio-tiempo que hay que cubrir sin la presión de una oferta de entretenimiento titánica, se facilita el reto de la creatividad.”
El libro de Jose Carlos Ruiz, “Filosofía ante el desánimo”, es un pequeño paseo por temas esenciales que nos ocupan a lo largo de la vida, con más o menos intensidad: el amor, la identidad, la amistad, la edad, el dolor… y entre ellos, uno no menor: el aburrimiento.
Sobre este sentimiento de desgana y hastío ante la falta de estimulación, Marina nos recuerda la solución en palabras de Ortega: cuando los animales se aburren, se duermen, pero el ser humano se mantiene despierto y tiene que inventar cosas. El problema reside en que esta sociedad de consumo prefiere una ciudadanía pasiva y aburrida a quién vender, indefinidamente, espectáculo y fuegos artificiales.
Crear es imaginar y realizar algo que, antes de nosotros/as, no existía. Desde una sencilla tortilla hasta la mayor proeza personal. La «creación» es una de las posibles respuestas a la pregunta, «¿para qué vivo?» Respuesta que marca el objetivo de los días, ilumina el propósito de la existencia, nos llena de plenitud y, aunque parezca extraño, mejora la salud.
Volvamos al texto inicial: el aburrimiento no es un mal estado. Obliga al cerebro a buscar alternativas para escapar de este estado incómodo utilizando la creatividad singular que nos es propia. Ejercicio que, en sí mismo, ya es una respuesta activa a la pregunta universal sobre el sentido de la vida.